La intensidad da el volumen al que suenan los instrumentos, y depende de la amplitud de la vibración del sonido, es decir, si un sonido suena fuerte o suave. También un mismo sonido puede tener matices, y sonar fuerte y débil consecutivamente.
Los sonidos fuertes tienen mayor amplitud. Así, por ejemplo, tienen un sonido fuerte el tambor, el piano o el gong.
Los sonidos suaves tienen menor amplitud. Así, por ejemplo, tienen un sonido suave la flauta, la guitarra o el triángulo.