Para tocar un metalófono es necesario golpear las láminas con un macillo o una baqueta. Las láminas se sitúan sobre una caja de resonancia que amplifica el sonido que producen al ser golpeadas.
Los metalófonos más frecuentes en Europa son el glockenspiel, el vibráfono, la celesta y las campanas tubulares.
En Asia existen dos metalófonos de orígenes muy antiguos: el saron y el gender.