El poeta no puede elegir todas las combinaciones posibles de cinco versos, pues la quintilla tiene tres limitaciones:
· no debe repetir la misma rima en tres versos consecutivos
· no puede acabar en un pareado (o sea, rimando entre sí los versos cuarto y quinto)
· no puede dejar ningún verso suelto.
En consecuencia, hay cinco combinaciones posibles: ababa, abbab, aabba, aabab, y abaab. Esta última es la que se da en el siguiente ejemplo de Nicolás Fernández de Moratín.