El Imperio Británico comenzó su formación a mediados del siglo XIX. Este imperio estuvo formado por amplios territorios de los cinco continentes, que fueron colonizados de formas diferentes, ya que existieron colonias de ocupación como Australia y colonias de explotación como la India.

Imperio que extendió su poder en Europa central durante los años 700 y 1000, heredero del Imperio Romano y opuesto al gran poder del islam. Debe su nombre a Carlomagno (742-814), uno de los gobernantes más importantes de la Historia de Europa.

Heredero de la tradición romana a través del Imperio Carolingio, el Sacro Imperio Romano Germánico constituyó, junto al Papado, el organismo de gobierno más poder en la Edad Media europea. Cabe distinguir tres etapas en su devenir: una de formación, entre los siglos X y XI, otra de apogeo, entre los siglos XII y XIII, y una de declive, entre los siglos XIV y XV.

El pueblo hitita se estableció en Asia Menor, sobre la mitad oriental de la península de Anatolia, en el territorio de la actual Turquía; alrededor del 1800 a.C.

Los otomanos fueron un pueblo que, a partir del siglo XIII, se extendió desde Anatolia por todo Oriente Próximo y Medio, hasta alcanzar el este de Europa. El imperio formado por los otomanos acabó sustituyendo en el poder al califato islámico y dominó el Mediterráneo entre los siglo XVI y XVII. Desapareció definitivamente en 1923, tras siglos de lenta decadencia.

El Imperio Persa fue uno de los mayores poderes del Mundo Antiguo y uno de los imperios más extensos de la Historia de la humanidad. En el siglo VII a.C. los medos unificaran a las distintas tribus iranias bajo un único poder, el reino medo, que fue el origen del Imperio Persa. En el año 330 a.C. el rey macedonio Alejandro Magno anexionó el territorio a su imperio, poniendo fin al Imperio Persa Clásico. En los siglos intermedios a estos dos acontecimientos, los persas desarrollaron una compleja civilización que dejó una gran huella en la región.

El Imperio significó el máximo esplendor de la civilización romana. Gobernado por una sola persona, el emperador, heredó de la República el dominio del Mediterráneo, añadiendo nuevas conquistas hasta fijar sus fronteras en los ríos Rin y Danubio al norte, el río Tigris y el desierto arábigo al este, y el Sahara al sur. Duró unos cinco siglos, hasta finales del siglo V d.C.

Durante la Guerra de la Independencia española, todos los territorios de América Central, respetaron la autoridad de Fernando VII y de la Junta Central española. Pero estos territorios decidieron proclamar su independencia, cuando México se desvinculó de España.

En 1808 se constituyó en Buenos Aires una Junta de Gobierno. Esta Junta intentó controlar todas las provincias que formaban el virreinato del Río de la Plata, aunque no tuvo éxito. A pesar de todo, Buenos Aires logró mantener su independencia política cuando Fernando VII ocupó nuevamente el trono y finalmente, en 1820, fue la principal responsable de la formación de la República Argentina.

Cuando las tropas de Napoleón invadieron Portugal, la familia real portuguesa se instaló en Brasil. Este acontecimiento, marcó el inicio del proceso de independencia de este país, ya que fue Pedro I, un miembro de la familia real, quien dirigió este proceso.

El principal impulsor de la independencia de Chile, fue el general San Martín. Este general, tras sorprender a las tropas realistas instaladas en Santiago en enero de 1814 y derrotar al ejército del virrey de Perú en la batalla de Maipo, pudo proclamar la independencia de Chile.

El movimiento independentista de Colombia y Venezuela, estuvo dirigido en un primer momento por los criollos. Pero tras la restauración del poder real y la represión que llevaron a cabo las autoridades españolas, participaron en este movimiento muchos ciudadanos de todos los grupos sociales. El principal líder de la independencia de estos países fue Simón Bolívar.

Durante la Guerra de la Independencia española (1808-1812), los distintos virreinatos americanos, dependientes del gobierno español, comenzaron a tomar sus propias decisiones políticas. Este proceso culminó con el nacimiento de nuevos estados en Centroamérica y en América del Sur.

Las trece colonias que el Reino Unido poseía al norte del continente americano formaron un nuevo Estado independiente llamado Estados Unidos de América. La independencia llegó después de un largo proceso de luchas entre la Corona británica y los colonos, que recibieron el apoyo de Francia y España.

Tras el estallido de la Guerra de la Independencia en España, se produjeron en México una serie de sublevaciones, que fueron sofocadas tras la restauración de Fernando VII. Finalmente, la independencia de México se produjo como consecuencia de la reacción de los grupos más conservadores y la redacción del Plan de Iguala (1821).